La red tendrá un coste de 35.900 millones de dólares australianos (35.508 millones de dólares o 27.000 millones de euros) y generará unos ingresos de 5.800 millones de dólares locales en 2021.
“ El despliegue de la red es un elemento clave para la transformación del mercado de telecomunicaciones de Australia ” , dijo el director general de la empresa estatal National Broadband Network (NBN) , Mike Quigley.
Un 93 por ciento de los hogares de Australia, país con una superficie de 7,7 millones de kilómetros cuadrados y una población de unos 22 millones de habitantes, podrán recibir servicio a través de la nueva red de fibra óptica. El resto, localizado en zonas remotas y a menudo en pleno desierto, se conectarán con una red inalámbrica vía satélite.
La red fue una de las promesas realizadas durante la campaña electoral del pasado agosto por la primer ministro Julia Gillard, cuyo Gobierno recibe el apoyo de diputados independientes de zonas rurales.
Desde que en noviembre se publicó un resumen de 36 páginas sobre el proyecto, el Gobierno había guardado silencio sobre los detalles empresariales de la iniciativa, expuestos en el documento de 400 páginas publicado hoy.
El Gobierno invertirá 27.500 millones de dólares australianos mientras la NBN contribuirá con 13.400 millones de dólares locales (13.254 millones de dólares o 10.080 euros) a través de préstamos que prevé financiar a partir de 2015.